Los intocables afortunados.

Está más que claro: ningún gobierno se atreve a repartir los efectos de la crisis proporcionalmente a la capacidad económica de los ciudadanos y empresas. Todo lo contrario, la crisis va a ser caramente pagada por los más desfavorecido e injustamente cobrada por los afortunados (que tienen fortuna) del país. Por otro lado, ningún gobierno se atreve a minorar la pesada carga de la estructura del Estado que unos y otros pusieron sobre nuestros hombros, todo lo contrario, unos y otros engordan la estructura para poder seguir colocando parásitos del partido gobernante. ¿Cuanto podríamos ahorrar si adaptáramos esas estructuras a lo estrictamente necesario? y ¿cuanto podríamos recaudar si se exigiera un esfuerzo a los intocables afortunados, de la misma proporción que se está exigiendo a los paganos de la crisis.