En el trading, como en la vida, estamos obligados a correr riesgos a diario. Es parte de la nuestra existencia. Pero estos riesgos que corremos deben estar en consonancia con la recompensa a obtener, todos, aunque de forma instintiva son riesgos calculados. A nadie se nos ocurriría, salvo casos extremos, saltar desde un precipicio por que sabemos que de esa, lo más probable, es que no salgamos.
Esto es lo que me ha pasado en mis últimas operaciones de trading.